El realizador gallego Oliver Laxe presenta mañana en DUPLEX Cinema Lo que arde, primer filme en ser seleccionado en el festival de Cannes en gallego y ganador del premio del jurado en la sección Un certain regard. El cineasta estará presente en las sesiones de las 19:30 y las 21:45 para introducir el filme y discutirlo con el público. En la segunda de ellas lo acompañará Manolo González, docente con toda una vida dedicada al cine.

La película relata la vuelta a casa de Amador tras cumplir su tiempo de condena por provocar un incendio. En el hogar, nadie lo espera excepto su madre Benedicta. En una aldea perdida de las montañas lucenses, volverá a convivir con ella, su perra Luna y sus tres vacas. Sus vidas transcurren al ritmo sosegado de la naturaleza, hasta que todo cambia cuando un fuego violento arrasa la zona. Laxe quiso hacer este filme como una carta de amor a los Ancares, donde el fuego y el paisaje son unos protagonistas tan importantes como Benedicta y Amador: "Las actitudes y valores de mis abuelos me han marcado para siempre, me hicieron cineasta. Viví en Galicia desde los seis a los veinte años, luego pasé por Barcelona y Londres y a continuación me instalé en Marruecos durante diez años. Pero este valle perdido de Galicia ha sido siempre mi verdadero hogar, mi raíz. (...)  He querido capturar su belleza, una belleza intensa e imprevisible que no conoce mesura". Sobre el fuego, explica que desde luego tiene algo que embelesa y, condenando la quema de los bosques, dice que desconfía de una sociedad que busca siempre culpables: "hay algo que me interpela cuando veo que toda una sociedad se pone de acuerdo en contra de un individuo, un individuo que carga con la responsabilidad de toda una sociedad entera. Y esa sospecha se acentúa sobremanera cuando veo además que se da sobre el ya de por sí mancillado campesinado, en el que recaen todas las culpas. Creo que en la cuestión del fuego somos todos un poco culpables, por haber creído y participado en la religión de las ciudades, por nuestra propia responsabilidad en el atrofiamiento y desmantelamiento de los campos".

Esa persona que incendia el bosque, Amador, y su madre Benedicta, salieron de un largo proceso de casting con actores no profesionales. Sus contenidas y verosímiles interpretaciones son uno de los puntos fuertes de la cinta. "En cada una de mis películas es el encuentro con las personas reales lo que me proporciona una gran parte del deseo de filmar, de que mis personajes sean encarnados", explica Laxe. En Amador "hay una verdad conmovedora en su mirada melancólica, en sus hombros caídos. Una mezcla de belleza y sufrimiento. Una persona sensible y frágil, pero que no posee las herramientas necesarias para vivir en este mundo, tan duro con la fragilidad". Mientras que Benedicta "es una bendición". El director recuerda del rodaje que "esta mujer tiene ahora mismo 85 años... Tenían que verla caminar por el monte como una adolescente... Le ha dado igual ensayar o filmar bajo la lluvia durante horas. Ha sido una profesional infatigable".

Para los actores era su primera experiencia en el cine y, de repente, se vieron desfilando en Cannes, donde Benedicta asombró al mundo bailando una muiñeira:  "A mí me salió así. Como también me salió descalzarme cuando me dolían los pies, y no fui la única que lo hizo. Nunca me habría imaginado en un festival". De la experiencia con Laxe relata que en el proceso de selección "conectó conmigo porque tengo lengua de trapo, y dijo que me escogía si me dejaba el pelo largo. Fue su única condición. La grabación fue muy bonita. Para mí, Oliver no pertenece a lo humano, va más allá". Ahora, tras su aclamado paso por certámenes internacionais de prestigio, donde ha sido siempre bien acogida por crítica y público, llega a las salas españolas. En DUPLEX Cinema tenemos el honor de contar con el capitán de este barco, que ya ha avistado nuevos horizontes para el cine gallego.